miércoles, 30 de marzo de 2016

¿Qué se trae entre manos Pablo Iglesias?

Hoy he empezado el día denunciando la sentencia de cárcel del sindicalista de Jaén, Andrés Bódalo. Estaban dando la noticia en Espejo Público y me ha indignado el trato que le daban. Andrés se defendía bien, decía que tenía pruebas de su inocencia pero en la tele le atacaban sin piedad. Tres años de cárcel por defender los derechos de los agricultores. 

No me extiendo más porque no es ahí donde quiero ir a parar si no a la actitud de Pedro Sánchez, líder del PSOE y aspirante a presidente de la Nación. Me he quedado de piedra viendo como se ponía en contra del sindicalista. No me lo podía creer, he pensado: 'Vas a ver la paliza que le dan hoy en Twitter a Pedro y al PSOE'. Se lo han puesto a huevos a los de Podemos. Pero pasaban las horas y no leía nada en contra. Me extrañaba que los portavoces de Podemos en Twitter hoy no tuviesen ganas de atacar al PSOE como hacen hasta la hartura cada hora de cada día. Al mediodía mi sorpresa o mosqueo iba en aumento.

Algo me decía que no era normal. Y como siempre que pienso mal acierto he pensado: '¿No será que están preparando un pacto PSOE-Podemos? ¡Qué raro! Voy a ver que se cuece por la red'. Y solo he podido enterarme de que Podemos, perdón, los dirigentes de Podemos están rebajando las exigencias con el PSOE. Las líneas rojas se están desdibujando y mucho me temo que se vayan convirtiendo en naranjas. No quisiera acertar pero algo me huele mal ante tanto eufemismo y tanto silencio. He intentado algún tuit en este sentido y no he encontrado ninguna respuesta. Raro, raro. Hoy nadie se metía con Pedro Sánchez ni siquiera por el tema del sindicalista al que iban a encerrar.


Podemos tiene que pensar que nació en la calle, que nació con la ilusión de miles de ciudadanos indignados que de pronto pensaron que podían tener voz y que podían cambiar las cosas desde abajo. Los cinco millones de votos de Podemos serán cinco millones de desilusión si votan con el PSOE y con la derecha de Albert Rivera. Y eso sería triste e imperdonable. Podemos no es Pablo Iglesias, ni Monedero, ni Errejón, Podemos queremos ser y somos todos. Somos la izquierda que vuelve a reaccionar con ilusión. Somos los pobres, los desahuciados, los estafados, los ninguneados y nos importa un huevo si hay que repetir elecciones. Es más, queremos que se repitan, queremos ganarlas pensando que quizás los socialistas de verdad, desilusionados con la política de derechas del Pedro Sánchez y Susana Díaz y las nefastas apariciones de Felipe González, nos darían más votos.

Si Pablo Iglesias nos defrauda no se lo podríamos perdonar pero tampoco sería el final porque el pueblo, una vez que se ha lanzado por la ilusión de cambiar, no va a volver atrás. Y al igual que surgió Podemos puede salir otro y otro desde abajo, sin pactos que nos traicionen, directo y asambleario. Así nació, así nos lo prometieron y así lo queremos.

Hasta la victoria siempre.